sábado, 19 de junio de 2010

corro de hadas en mi jardín

“Los Corros de Hadas”
Por: Jesús Hernández-Investigador
Efraín Moreno: Profesor
“Cuando un niño dice que no cree en las hadas,
cae muerta una de ellas;
por eso van quedando tan pocas”.
James Barrie (autor de Peter Pan)
Una vieja leyenda cuenta que en las noches de luna llena, las hadas gustan reunirse en lugares alejados de toda presencia humana y danzar jubilosas en círculos en los prados circundados de bosques. Los sapos de los charcos cercanos se sientan extasiados alrededor de las hadas danzantes a contemplar su fantástico baile; en la mañana siguiente doquiera que se haya sentado un sapo aparece un hongo, formándose un hermoso círculo. Si los sapos que asistieron a la danza de las hadas eran venenosos los hongos serán tóxicos; si no eran peligrosos, los hongos serán comestibles. Pero ¿cómo saber que sapo estuvo allí?
Hubo un tiempo en que toda clase de explicaciones fantasiosas se daban al origen de los “corros de hadas”. La gente creía, como afirma nuestra leyenda, que esos corros los producían las hadas al danzar y que cualquiera que se detuviera dentro del círculo estaría bajo su encanto. En Sussex, Gran Bretaña, se denominan “hag tracks” y se atribuyen a que los duendes que capturan los caballos jóvenes los montan en círculo; se dice que los caballos han sido “hag ridden”. Los irlandeses comenzaron a llamar a estas formaciones circulares de hongos, “fairy rings” que traducido al español significa “anillo de hadas”. Otros pueblos también relacionaban estas formaciones con las brujas, los duendes, los gnomos y demás seres mitológicos. En Francia, nadie debía entrar a un corro de hadas (cerclé de fées) porque se decía que podía ser atacado por enormes sapos venenosos. En Italia, desde hace mucho tiempo asocian estas formaciones fúngicas con el aquelarre de las brujas y las conocen como “cerchi delle streghe”.
Un ilustre testimonio de las supersticiones que rodeaban el origen de los corros lo proporcionó Shakespeare, quien en su obra “La Tempestad” se refiere a ellos como un fenómeno
ocasionado por el paso de los duendes (Acto V, Escena i) "you demi-puppets that by moonshine do the green sour ringlets make".
Los corros de hadas se pueden apreciar incluso cuando el hongo todavía no ha producido las setas, y por ello mucha gente supuso que los anillos o círculos que observaban en la hierba eran el trabajo de topos, hormigas o zorros, o que eran causados por relámpagos, remolinos de viento, o bien por la orina de los animales. Se dice que la magia encerrada en la hierba de los corros era advertida por los carneros que procuraban no comerla. En épocas recientes se ha asociado la existencia de círculos en el pasto hasta con el aterrizaje de platillos voladores. Otras personas los relacionan con zonas de energía negativa por lo cual los hongos deben ser eliminados de inmediato.
No fue hasta finales del siglo XVIII que se conoció finalmente la verdad sobre los corros de hadas. De hecho, los corros son causados por el crecimiento circular de ciertos hongos, ya que no todas las especies de hongos crecen así; algunos hongos crecen en línea, otros sin un patrón definido. Los corros sólo se aprecian en terrenos donde el micelio no encuentra obstáculos a su crecimiento regular, tal es el caso de un terreno con nutrientes uniformes, sobre todo en los prados, dónde se puede llegar a observar corros de varios metros de diámetro.
La formación de los corros de hadas puede explicarse de la siguiente manera: las esporas de los hongos salen disparadas a gran velocidad desde el hongo. Las esporas al caer al suelo y germinar, forman el micelio (conjunto o masa de filamentos que constituye el cuerpo o talo de un hongo) que se extiende por el terreno en busca de nutrientes. Habitualmente las hifas del micelio crecen por igual en todas direcciones, y van muriendo en las partes donde se agotan los nutrientes que el suelo les proporciona, lo que provoca que la parte viva del hongo sea un anillo que se va extendiendo de forma radial. Cuando las condiciones sean propicias (temperatura y humedad adecuadas) crecerán las nuevas setas en las partes nuevas y alejadas del centro formando un círculo, originándose así los llamados corros de hadas (Fig. 1). Esto puede ocurrir de la noche a la mañana por absorción de agua después de una lluvia.
2
Entre los hongos que forman “corros de hadas” se encuentran Marasmius oreades (Bolt.: Fries) Fries, Agaricus campestris Linnaeus: Fries y Chlorophyllum molybdites (Meyer:Fr.) Mass., todos basidiomicetes. Las dos primeras especies son comestibles pero la última es venenosa. También se pueden nombrar otros géneros como Tricholoma, Lepiodata y Lycoperdon.
En los prados del Jardín Botánico de Caracas, se dio la oportunidad de ver, en mayo y en septiembre de 2004, un corro de hadas de unos 7 metros de diámetro, el más grande que se haya observado; no obstante, se dice que hongos cuya seta ya no existe desde hace más de 100 años, todavía producen corros de 50 o más metros de diámetro. Ello se debe a que el micelio subterráneo puede permanecer vivo durante muchos años, incluso siglos. Únicamente un cambio drástico en las condiciones del entorno puede eliminar el micelio, tal es el caso de valles inundados o laderas repobladas con especies exóticas. El corro observado en el Jardín Botánico de Caracas al que se hace alusión fue formado por el hongo Chlorophytum molybdites (Fig. 2).
Chlorophyllum molybdites es un hongo de sombrerito perteneciente a la clase de los Basidiomicetos, Orden Agaricales, Familia Lepiotaceae. Es color blanco-ocre, con numerosas escamas de color marrón canela, presenta un anillo ancho con el borde irregular. Este hongo vive sobre el suelo y frecuentemente forma un corro de hadas.
Chlorophyllum molybdites es tóxico, puede causar desórdenes gastrointestinales con diarrea, vómitos, espasmos abdominales, cuya severidad está correlacionada con la cantidad de hongo consumido en un período determinado. Este hongo tiene gran parecido con Macrolepiota procera (Scop. ex Fr.), un hongo comestible muy común; pero se diferencia de éste por cuanto la esporada de Chlorophyllum es de color verde y la de M. procera (Scop. ex Fr.) es de color blanco.
En conclusión, los corros de hadas son formaciones de hongos que crecen en círculos sobre el pasto, no son muy comunes en Venezuela y duran muy poco tiempo (sólo algunos días);
3
así que sólo se deben observar y no dañarlos para que otros disfruten de este fenómeno natural tan interesante. No extraer los hongos de su círculo y jamás ingerirlos ni crudos ni cocidos.
Por último, si el lector quiere ver hadas, un método que es un tanto peligroso y en consecuencia poco recomendable, es entrar a un corro en una noche de luna llena; una vez dentro las verá danzando y cantando alegremente, pero siempre debe mantener un pie fuera del círculo. Si no lo hace así, usted bailará dentro del corro durante 7 días, 7 meses o quizás 7 años; aunque le parecerá que han pasado sólo algunos minutos. Suerte y lo felicitamos por creer en las hadas, ello las mantendrá vivas.