sábado, 8 de enero de 2011

EL AVE FÉNIX.

Este posteo es de poesía de otros que encontre sin hacer mucho click, solo fue una de esas veces en que la respuesta es asi, esta ahi.


Soy el último en tu camino,
la última primavera y última nieve,
la última lucha para no morir.

Y henos aquí, más abajo y más arriba que nunca.

De todo hay en nuestra hogera:
piñas de pino y sarmientos;
y flores más fuertes que el agua...

Hay barro y rocío.

La llama bajo nuestro pie, la llama nos corona.
A nuestros pies, insectos, pájaros, hombres
van a escaparse.

Los que vuelan van a posarse.

El cielo está claro, la tierra en sombra;
Pero el humo sube al cielo,
el cielo ha perdido su fuego.

La llama quedó en la tierra.

La llama es el nimbo del corazón,
y todas las ramas de la sangre;
canta nuestro mismo aire.

Disipa la niebla de nuestro invierno,
hórrida y nocturna se encendió la pena.
Floreció la ceniza en gozo y hermosura.
Volvemos la espalda al ocaso.

Todo es color de aurora.

Paul Eluard (Francia, 1895-1952)

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Arde en la hoguera de su propio vuelo.

Bajo el cuerpo de lumbre ella es el Sol.
Su resplandor la atrae y la convierte
en ceniza.
Viaja a su íntima noche, se asimila
al leve polvo errante de los muertos.

Pero entre lo deshecho se rehace.
Toma fuerzas del caos, se teje en luz
Y amanece en la llama indestructible.

Pacheco

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POZO DE LASCAUX

Desde el alba de los tiempos
la prístina oscuridad milenaria de la cueva
sólo es turbada
por el azorado respirar del enigma.

Hombre-pájaro
¿Qué fantasmas inquietan tus alas?
¿Qué inmensidades incapturables
te encendían?

Hombre erecto
tu remota vigilia nos alcanza
éxtasis, exaltación, lágrimas
amor y muerte.

Ave fénix
inquietante pulsión trashumante
que nutre la continuidad
del plasma inmortal.

Hombre alado
vivimos en tus sueños
que trasciende los insondables
confines de la muerte.

Conmueve tu arrebato
nos hermana tu miedo conjurado
nos enlaza
el carnal y perpetuo interrogante.

Edith de Muñoz